Fusiones y más fusiones
Como ya se ha mencionado, no es esta la única operación de fusión o adquisición acontecida recientemente. El país comenzó la segunda década del siglo XXI inmerso en una grave crisis económica como consecuencia de la pandemia de COVID-19, que ha tenido un impacto decisivo en el ya debilitado sistema bancario nacional, donde la inestabilidad, la escasa rentabilidad y los altos porcentajes de morosidad están a la orden del día. Por ello no sorprende el imparable proceso de concentración del sistema financiero español, que ha pasó de contar con 55 bancos y cajas de ahorros en 2009 a apenas una decena en 2021. Precisamente en ese último año se completaron dos importantes operaciones que dieron mucho que hablar: la fusión de CaixaBank con Bankia y la de Unicaja con Liberbank.
- Caixabank y Bankia
Tras la absorción de Bankia por 4.300 millones de euros en marzo de 2021, la nueva CaixaBank se erige como el segundo banco más grande de España, con un activo total de 500.000 millones de euros y más de 21 millones de clientes.
Para sacar adelante esta fusión, CaixaBank diseñó un ambicioso plan estratégico que supuso el cierre de más de 1.500 oficinas y el expediente de regulación (ERE) más agresivo de la historia bancaria nacional (con la salida de 6.452 trabajadores de su plantilla).
- Unicaja y Liberbank
Unicaja y Liberbank cerraron su fusión legal en julio de 2021, mientras que la unión tecnológica concluyó en 2022. Con ello, Unicaja se convirtió en la sexta entidad finenciera más grande del país, con un volumen de gestión de activos superior a los 97.000 millones de euros y cerca de cuatro millones de clientes.
Al igual que CaixaBank, Unicaja también previó una estrategia de reestructuración que contemplaba la desaparición de 546 oficinas y un expediente de regulación de empleo, que si bien no fue tan severo como el de la entidad catalana, deoa en la calle a 1.513 trabajadores.
El ERE, el principal método para ajustar costes
2021 fue no solo tiempo de fusiones, sino también de expedientes de regulación de empleo. Y es que, aun sin fusión a la vista, los otros grandes bancos que completan el esquema financiero español se subieron al carro del ERE con el fin de regular su balance presupuestario y ajustar su rentabilidad.
El tercer banco más grande de España, BBVA, estuvo a punto de ser otro de los protagonistas, independientemente de su fracaso de fusión con el Banco Sabadell, adoptó una serie de medidas para mermar sus costes, como la reducción de su red bancaria en 480 oficinas y la negociación de un ERE que se saldó con 2.935 despidos.
Un paso similar fue el dado por el Banco Santander, que en julio de 2021 completó su ERE con la eliminación de 3.572 puestos de trabajo. Asimismo, su red se vió menguada en 1.033 oficinas cuando el proceso de reestructuración llegue a su fin.
En cuanto a Banco Sabadell, este vio inmerso en un ERE para dar salida a 1.380 empleados entre el cuarto trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022. Cabe mencionar que, en el marco del ERE, la entidad echó el cerrojo a 320 sucursales y convirtió otras 176 en cajas avanzadas, donde solo se prestan los servicios básicos.